sábado, 7 de julio de 2012

El infinito

Me senté a contemplar la inmensidad. Esmeralda y blanco, lo miro eternamente cambiante, es el mismo y es otro desde el principio hasta el fin. Lo veo adoptar formas de pequeños remolinos y ser calmo. Es hermoso, es tan hermoso que es conmovedor, miro ese punto en el horizonte donde entre la bruma no se define donde empieza el cielo y termina el mar, y parece que ambos se unen a no tener fin.

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