martes, 6 de abril de 2010

Sobre La Fauna Limeña

Anochese metió una polilla a mi cuarto, pero no era una pequeña polilla insignificante…no. Ésta polilla tenía más de torito cruzado con mariposa que de polilla limeña (ergo bichito gris que no emite sonido alguno y abunda en esta ciudad), en fin, el condenado bicho se coló mi cuarto mientras mi ventana estaba abierta y mi luz prendida…al ser tan grande su aleteo era ruidoso y lo peor es que, en su mentecilla polillesca, no hubo mejor idea para este animalejo…que empezar a darse contra la lámpara de mi cuarto y hacer un sonidito, si bien no muy ruidoso, persistente y exasperante.
Intenté ignorar al animal éste, pero la polilla desgraciada parecía decidida a no dejarme dormir y encima acabar un poco con mi cordura, pues, si algo no puedo tolerar (aparte de los guanacos que se alucinan papacitos que de papacitos solo tienen un indiscutible aire a papas) es un bicho volador interrumpiendo mi sueño, cuando un animal interrumpe mi sueño, deja de ser un animalillo que en circunstancias normales aceptaría, y pasa a ser un intruso, el enemigo…se vuelve una obsesión desaparecerlo y hacer que en mi cuarto reine la paz otra vez.
Así que, ya completamente exasperada me levanté de la cama y tomé una de mis crocs, decidida a matarlo o por lo menos espantar al bichejo ese lejos de mis dominios…La polilla sintió los rayos gamma que despedía mi furia y empezo a volar como loca por todo mi cuarto, estrellándose contra las paredes, y las cosas, yo con una expresión demencial, corría detrás del condenado animal para darle un zapatazo y acabar con esto de una buena vez.
Pero esta polilla resultó ser casi tan astuta como los zancudos ( si alguna vez te has enfrentado con el jodedor sonido de un zancudo en tu oído a las 3 AM. sabes a lo que me refiero) En fin la polilla del cuerno se paseaba a sus anchas y se escondía en lugares imposibles que una polilla menos inteligente jamás hubiera utilizado, después de corretearla y ganarme con un par de: Oye ya vete a dormir! , la polilla decidió posarse en una pared y PAF! Un zapatazo cegó su vida.
Quizá ahorita estarás diciendo: Maldita cómo pudiste?! Pero casi me vuelvo loca y pienso que mi forma de actuar fue en defensa propia, así que me siento 100% absuelta de toda culpa. En fin ésta nota no tiene ningún sentido así que si esperabas algún inteligente tratado filosófico lamento decepcionarte.

Love
The Duchess

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